jueves, 3 de mayo de 2007

Bienvenidos




Esta página esta llena del misterio y el suspenso que nos propone la novela policial


En el blog anterior un fragmento de la entrevista a Borges, para continuar...


¿Subsistirá la novela policial?


- La profecía es el más peligroso de los géneros literarios. Sin embargo, me atrevo a profetizar que cierto género policial clásico –digamos- está a punto de desaparecer. Esto se explica porque en el género policial hay mucho de artificio: interesa saber cómo entró el asesino entre un grupo de personas artificialmente limitado, interesan los medios mecánicos del crimen y estas variaciones pueden ser infinitas. Una vez agotadas todas las posibilidades, la novela policial tiene que volver al seno común de la novela. Fuera de lo mecánico, volveríamos a lo psicológico, lo cual no está nada mal, porque volveríamos a Macbeth, a los admirables asesinatos de las novelas de Dostoievsky, al crimen de Raskolnikoff… Pero aunque la novela policial desapareciera como género –todo género muy legislado tiende a desaparecer- siempre quedaría la saludable influencia de que hemos hablado. Desde luego, que esta virtud de la construcción es muy anterior al género policial. La encontramos en la historia del ciego o en la historia de Aladino, de Las Mil y Una Noches, y la encontramos en las tragedias griegas. Pero nuestra época tiende a olvidar todo esto, tiende a lo inconexo, que es más fácil. Y en la historia de la literatura la misión de la novela policial puede ser recordar estas virtudes clásicas de la organización y premeditación de todas las obras literarias.
¿Cuáles son los temas de la novela policial?

- Esos temas se encuentran en los primeros cuentos de Poe. En "The Murders in the Rue Morgue" tenemos el tema del asesinato cometido en un cuarto cerrado, tema que sugiere lo mágico, aunque luego se resuelva lógicamente. El doble asesinato ha sido cometido por un mono que trepa por la cadena de un pararrayos. Luego otros escritores retoman ese tema. Una de las soluciones más brillantes es la del escritor judeo-inglés Israel Zangwill en "The Bigbow Murders". Este autor escribió a fines del siglo XIX, en pleno auge de las admirables ficciones de Conan Doyle, y relataba más bien historias patéticas sobre la vida de las juderías en Europa. Después quiso demostrar que él también podría jugar al juego del cuento policial y escribió "The Bigbow Murders", donde tenemos un truco, un artificio, que luego ha sido repetido por Chesterton y por otros autores. La solución que da para el crimen cometido es que el que descubre o simula descubrir el crimen, es el que lo comete. En este cuento de Zangwill el detective y la dueña de la casa de pensión en que vive la víctima entran a un tiempo en la pieza donde se comete el crimen; el detective se adelanta unos pasos y dice: Fulano de Tal ha sido asesinado, y mata en ese momento al hombre que está durmiendo, porque le habían dado un narcótico.Aquí la solución estaría en que el crimen fue cometido un instante después de haber abierto la puerta.Hay otras soluciones en que el crimen se comete cuando la pieza está cerrada. Estas son en general inferiores, porque se basan en medios mecánicos pero hay una, en un cuento de Chesterton, donde un individuo muere de un flechazo ante una ventana abierta; se cree, lógicamente, que le han disparado desde afuera y luego resulta (aquí volvemos un poco al artificio de Zangwill) que lo mata el que descubre el crimen. Este le clava la flecha como quien clava un puñal, pero la flecha sugiere el hecho de haber sido disparada de lejos.(…)